Tras varios meses y dos cajones llenos de herramientas y materiales de encuadernación puedo afirmar con conocimiento de causa que no es necesario gastar una fortuna para cultivar este arte, si lo que buscas es desarrollar una afición como cualquier otra sin profundizar demasiado en ella.
Vamos a imaginar tres escenarios posibles: un cuaderno de notas, unos apuntes de la facultad y un libro con tus poemas, relatos o la novela de tus sueños.
Ahora, vamos a proponer tres soluciones de encuadernación sencillas, pero efectivas para todos y cada una de ellos: grapado, cosido (de hojas sueltas) y encolado. En esta simulación las tapas van a ser blandas, es decir, de cartulina enganchada al lomo (en realidad, su nombre correcto es «cubiertas»).
Sea cual fuere el tipo de encuadernación que elijas hay una serie de herramientas y materiales comunes a todas ellas, veámoslos.