¡Silencio, se dicta!


El sueño de todo escritor vago es que los libros se escriban solos. Tengo una noticia mala y otra buena. La mala es que eso aún no es posible. La buena es que no hace falta mecanografiar,  puedes usar el dictado por voz que está presente en la mayoría de dispositivos Android y convertir tu teléfono en un asistente personal.

Con el dictado por voz solo tenemos que hablar para que nuestras palabras se convierta en texto. Como hablamos más deprisa de lo que escribimos, con este método avanzaremos mucho más rápido, te lo garantizo.

De lo que se trata es de producir un primer borrador lo más rápido posible y con el menor esfuerzo. En este sentido, la herramienta es ideal para escritores vagos como nosotros, que veremos que en muy poco tiempo tendremos listo el primer borrador.

Usando esta herramienta vamos a conseguir dos cosas importantísimas:
  1. Burlar a nuestro cerebro: teclear es trabajo, hablar no.
  2. Eliminar el bloqueo ante la hoja en blanco: a unos más, a otros menos, pero a todos nos pasa. Es muy diferente dictar nuestra historia y encontrártela escrita. Ni punto de comparación. De repente deja de preocuparte si escribes bien o mal, porque en realidad no tienes que escribir. Como escribir nos sigue pareciendo algo serio nos bloqueamos por miedo a no estar a la altura. Pues entonces juguemos con la satisfacción que nos produce contar historias, como cuando éramos niños.
Tienes que cumplir a rajatabla una condición: ahora olvídate del resultado final. Sé extremamente permisivo y flexible. Aparca la calidad del texto a un lado. Bajo ningún concepto te pongas a editar o corregir lo que has escrito. Ahora solo dicta tu relato. Cuando tengas dicho todo lo que tenías que decir, lo dejas reposar un tiempo y solo entonces corriges.

Es cierto, el dictado no es perfecto y se pueden producir errores. Si corregimos mientras escribimos podemos entrar en un bucle tóxico que nos impida avanzar. Es lo que suele ocurrirle a perfeccionistas como yo. Por eso, ahora, tu prioridad es solo dictar.

Si aún tienes dudas, recuerda: un texto mal escrito puede corregirse y convertirse en una gran historia (para eso están también los correctores de las editoriales). Una buena historia que no se ha escrito no existe.

A pesar de los errores o limitaciones del dictado por voz, el ahorro de tiempo es considerable y, además, te permite “escribir” mientras vas de camino al trabajo o asomado plácidamente a tu balcón mientras contemplas el mar, la montaña o la ciudad. Y si tienes problemas de espalda o quieres descansar de la pantalla o de la silla, la herramienta de dictado se convierte también en una aliada de nuestra salud.

¿Quieres saber cómo funciona? Los chicos de Xataka lo explican de fábula.

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