Nuestra Señora de La Merced y los santos mercedarios (fuente: wikipedia) |
¿Quién no ha sentido fascinación alguna vez por las órdenes militares? Tampoco yo he escapado a su embrujo. Tal vez la razón de más peso haya sido que fui seminarista en una orden que, en su origen, fue militar: la Orden Real y Militar de Nuestra Señora de la Merced para la Redención de Cautivos, tal como expresa su himno:
Militar
como fueron militares
los hijos de su amor
y de su Fe.
Surge radiante,
hoy la orden celeste,
real y militar
de la Merced.
El ideario que rige la vida de los frailes está plasmado en las Constituciones de la Orden, basadas en la regla de San Agustín, y el ritmo de vida monacal no difiere demasiado del de otras órdenes del grupo de las «mendicantes», al que pertenece también otra orden redentora: los trinitarios.
La Merced nació en 1218 para redimir cristianos cautivos en tierras sarracenas, para lo cual los frailes salían a recorrer los caminos para pedir limosna. Con el dinero recaudado compraban la libertad de otros cristianos. De ahí lo de «mendicantes».
¿Y qué ocurría si el dinero no era suficiente? Cito textualmente de Wikipedia: los mercedarios se comprometen con un cuarto voto, añadido a los tradicionales de pobreza, obediencia y castidad de las demás órdenes, a liberar a otros más débiles en la fe, aunque su vida peligre por ello.
En otras palabras: uno de los frailes redentores se quedaba en lugar de los rescatados, aguardando su propio rescate o su ejecución, cosa que a veces ocurría. Es lo que en el seminario nos enseñaban como «el voto de sangre» y eso es lo que diferencia a los mercedarios del resto de órdenes mendicantes.
Acompañaban a Nolasco cinco caballeros, el rey Jaume I y el obispo de Barcelona, Berenguer de Palou. El acto de fundación tuvo lugar en la catedral de Barcelona el 10 de agosto de 1218.
No está clara la participación de San Raimundo de Peñafort en su fundación, por más que algunos autores insistan en ello, incluso hay historiadores que lo niegan rotundamente.
Para el escudo de la orden, el rey Jaume I permitió el uso del senyal real, las cuatro barras rojas sobre fondo amarillo, lo cual les proporcionaba protección (¿quién osaría atacar a alguien que llevaba el sello real?) y el prestigio necesario para que la gente confiara en la nobleza de la causa.
Por su parte, el obispo otorgó la cruz de la catedral de Barcelona: una cruz blanca, ligeramente patada, sobre fondo rojo; en contraposición al escudo de la ciudad, la cruz de Sant Jordi, que es lisa y roja sobre fondo blanco. El escudo se completa con la corona real.
El hábito de los frailes es blanco, como el de los cistercienses (y templarios), con un escapulario largo, también blanco, que llega casi hasta los pies en pecho y espalda, y una capilla con capucha. El escudo de la orden puede ser metálico, el fraile se lo cuelga con una cadena y lo muestra encima del escapulario o puede estar bordado en él.
Aún hoy ciñen el hábito con un cinturón de cuero del cual cuelga una cinta también de cuero y que simboliza la regla de San Agustín. Hay quien cree que es una reminiscencia de la vaina de la espada. No puedo afirmarlo ni desmentirlo.
En la actualidad, la Orden de la Merced sigue ejerciendo su papel redentor, en este caso de las formas de esclavitud propias de nuestro tiempo: las adicciones, la pobreza extrema, la enfermedad… Sin olvidar tampoco el importantísimo trabajo social y pastoral que los mercedarios realizan en las prisiones.
De la mano del padre Millán comencé a escribir regularmente en la revista del seminario que él mismo creó. Aunque yo, culo inquieto, pronto la abandoné para aprender a usar la flamante máquina de escribir electrónica que me regalaron mis padres. Más tarde también me cansé de eso y me entregué a la radio. ¡No puedo decir que nada de eso no me haya servido!
La Orden ha sabido sobrevivir y adaptarse a cada época que le ha tocado vivir. Su legado permanece hoy en sus obras y en sus vestigios materiales. Pero su legado espiritual se custodia en el corazón de miles, tal vez millones, de personas por todo el vasto mundo. También en el mío.
Hasta aquí unas notas breves e incompletas nacidas del cariño, la admiración y el recuerdo. Que los puristas me perdonen (o no, como quieran). Si quieres saber más: https://www.mercedaragon.org
La Merced nació en 1218 para redimir cristianos cautivos en tierras sarracenas, para lo cual los frailes salían a recorrer los caminos para pedir limosna. Con el dinero recaudado compraban la libertad de otros cristianos. De ahí lo de «mendicantes».
¿Y qué ocurría si el dinero no era suficiente? Cito textualmente de Wikipedia: los mercedarios se comprometen con un cuarto voto, añadido a los tradicionales de pobreza, obediencia y castidad de las demás órdenes, a liberar a otros más débiles en la fe, aunque su vida peligre por ello.
En otras palabras: uno de los frailes redentores se quedaba en lugar de los rescatados, aguardando su propio rescate o su ejecución, cosa que a veces ocurría. Es lo que en el seminario nos enseñaban como «el voto de sangre» y eso es lo que diferencia a los mercedarios del resto de órdenes mendicantes.
Merced significa favor, regalo, misericordia, gracia…Un buen conocedor de la Orden te dirá que su fundadora fue Nuestra Señora de la Merced, que se apareció a un tal Pedro Nolasco en la noche del 1 al 2 de agosto de 1218 para clamar contra el sufrimiento de los cristianos cautivos y ofrecerles alivio y consuelo.
Nuestra Señora de la Merced es la patrona de Barcelona.San Pedro Nolasco era un mercader de Barcelona cuyo origen es incierto. Se sabe que nació en Mas de Santes Puelles, pero no se ha podido precisar su ubicación: ¿se trata de algún lugar de Barcelona, de Catalunya o de Francia, en donde existe una localidad homónima?
Acompañaban a Nolasco cinco caballeros, el rey Jaume I y el obispo de Barcelona, Berenguer de Palou. El acto de fundación tuvo lugar en la catedral de Barcelona el 10 de agosto de 1218.
No está clara la participación de San Raimundo de Peñafort en su fundación, por más que algunos autores insistan en ello, incluso hay historiadores que lo niegan rotundamente.
Para el escudo de la orden, el rey Jaume I permitió el uso del senyal real, las cuatro barras rojas sobre fondo amarillo, lo cual les proporcionaba protección (¿quién osaría atacar a alguien que llevaba el sello real?) y el prestigio necesario para que la gente confiara en la nobleza de la causa.
Por su parte, el obispo otorgó la cruz de la catedral de Barcelona: una cruz blanca, ligeramente patada, sobre fondo rojo; en contraposición al escudo de la ciudad, la cruz de Sant Jordi, que es lisa y roja sobre fondo blanco. El escudo se completa con la corona real.
El hábito de los frailes es blanco, como el de los cistercienses (y templarios), con un escapulario largo, también blanco, que llega casi hasta los pies en pecho y espalda, y una capilla con capucha. El escudo de la orden puede ser metálico, el fraile se lo cuelga con una cadena y lo muestra encima del escapulario o puede estar bordado en él.
Novicios mercedarios (fuente: wikipedia) |
Aún hoy ciñen el hábito con un cinturón de cuero del cual cuelga una cinta también de cuero y que simboliza la regla de San Agustín. Hay quien cree que es una reminiscencia de la vaina de la espada. No puedo afirmarlo ni desmentirlo.
En la actualidad, la Orden de la Merced sigue ejerciendo su papel redentor, en este caso de las formas de esclavitud propias de nuestro tiempo: las adicciones, la pobreza extrema, la enfermedad… Sin olvidar tampoco el importantísimo trabajo social y pastoral que los mercedarios realizan en las prisiones.
¿Sabías que un célebre escritor del Siglo de Oro era mercedario? Pues ni más ni menos que Fray Gabriel Téllez. Ah, que no te suena… Tal vez porque al hombre le dio por firmar como Tirso de Molina. Si te sigue sin sonar deberías prestar más atención en clase de literatura.No es el único que ha dejado un legado notable. Juan Gilabert Jofré creó un hospicio para enfermos mentales, el de los Santos Mártires Inocentes, en una época donde el enfermo mental era maltratado y estigmatizado como endemoniado.
¿Sabías que para proteger el entierro de estas personas, se colocaba una imagen de la virgen sobre la tapa del ataúd? Esta imagen estaba ligeramente incorporada para que se viera bien y la gente no apedreara el féretro. Pues una de estas imágenes es la Geperudeta, la patrona de Valencia, Nuestra Señora de los Desamparados.He llegado a conocer bastante bien su historia gracias a buenas publicaciones, pero, sobre todo, gracias a las fascinantes charlas y conversaciones que tuve con el Padre Joaquín Millán, historiador, escritor prolífico y cronista de la Orden. A él debo mi afición por la historia y, en parte, por la escritura.
De la mano del padre Millán comencé a escribir regularmente en la revista del seminario que él mismo creó. Aunque yo, culo inquieto, pronto la abandoné para aprender a usar la flamante máquina de escribir electrónica que me regalaron mis padres. Más tarde también me cansé de eso y me entregué a la radio. ¡No puedo decir que nada de eso no me haya servido!
La Orden ha sabido sobrevivir y adaptarse a cada época que le ha tocado vivir. Su legado permanece hoy en sus obras y en sus vestigios materiales. Pero su legado espiritual se custodia en el corazón de miles, tal vez millones, de personas por todo el vasto mundo. También en el mío.
Hasta aquí unas notas breves e incompletas nacidas del cariño, la admiración y el recuerdo. Que los puristas me perdonen (o no, como quieran). Si quieres saber más: https://www.mercedaragon.org
No hay comentarios:
Publicar un comentario