Qué herramientas uso para escribir

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Esta es una pregunta que me han repetido hasta convertirse casi en un tópico y no tiene una respuesta breve. En esta ocasión te hablaré exclusivamente de las herramientas propiamente dichas. Dejo para otra entrada el software de escritura.

En primer lugar, siempre llevo encima un cuaderno de notas pequeño (A6 más o menos) y un portaminas del número 2. Claro que llevo también bolígrafos y mi pluma, por supuesto, pero el lápiz nunca falla, aunque se moje. Lápiz y cuaderno, este es mi kit básico de supervivencia literario.

El cuaderno me acompaña en todo momento y en él vuelco toda idea que me venga a la cabeza y en cualquier lugar. Lo llevo en mi mochila, lo dejo junto a la mesita por la noche, lo consulto por la mañana…

Es una extensión de mi memoria y no necesita baterías para funcionar. No lo uso para escribir textos largos, como mucho algún párrafo o el arranque de un diálogo, esquemas de la trama, anotaciones y similares. A mano solo escribo mi diario personal.

En ocasiones, aún uso mi vieja máquina de escribir, una Olivetti Lettera 42, sobre todo cuando quiero embriagarme con el tac-tac mecánico y el ring del cambio de línea. También es una solución sufrida cuando no puedo disponer de una fuente de electricidad estable, por ejemplo, cuando me retiro unos días a alguno de mis lugares fetiche en la montaña. Reconozco que esto es más un capricho nostálgico que una necesidad real, ¡pero qué escritor no tiene manías!

Como bien supondrás, uso ordenador —¡qué sería del escritor actual sin un ordenador!— y, conectada a él, una impresora láser monocromo. Cuando se trata de imprimir una buena cantidad de texto, resulta mucho más económico hacerlo con tóner que imprimir con tinta.

Por otro lado, el portátil me permite trabajar fuera de casa con la misma potencia y comodidad que en mi despacho, ya sea en una cafetería o en la biblioteca, incluso en un banco del parque, si se tercia.

Sin embargo, las herramientas que utilizo con mayor frecuencia son el smartphone y la tableta. El móvil es algo que siempre llevamos encima. Se trata de un ordenador en todos los sentidos, solo que con una pantalla más pequeña. En realidad, escribo buena parte de mis borradores dictándolos y guardándolos en la nube. Para el pulido, la corrección y el formato de los textos ya está el ordenador.

El móvil me sirve también, gracias a las aplicaciones apropiadas, como herramienta de planificación de la trama, cámara de fotos, escáner improvisado e incluso para transformar textos mecanografiados o manuscritos en archivos digitales de texto. Y todo ello al ritmo de mi música preferida.

Podría hacerlo también con la tableta, por supuesto, pero me reservo este otro aparato para la lectura de ebooks y para la escritura de guiones si no tengo el portátil a mano. También cuando me apetece leer o escribir en la cama, como el borrador de este post.

En una próxima entrada te hablaré del software que utilizo durante el proceso de escritura. Y tú, ¿qué herramientas usas y cómo las utilizas? ¡Comparte tu experiencia escribiendo un comentario!

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