Mi pequeña compañera diaria

En mi EDC no debe faltar una multiherramienta. Quede claro que un EDC es algo muy personal y que lo que puede ser necesario para uno, puede no serlo para otros. Cómo configures el tuyo va a depender de tus gustos (y de lo que te quieras gastar), de tu profesión, de tu entorno físico y social, de la legislación y de los pequeños retos a los que te enfrentes en tu día a día.

En mi caso, como vivo en un entorno mayoritariamente urbano, manejo tecnología y la legislación es tan restrictiva, he optado por llevar conmigo un modelo de tamaño compacto: la Victorinox Midnite Manager, de 58mm y 31 gramos de peso. ¡Ojo! No nos llevemos a engaño: nos pueden multar igual por portar algo tan pequeño si el agente lo considera oportuno, como ya expliqué en un post anterior.

Tampoco nos dejemos engañar por su reducido tamaño porque la Manager cumple perfectamente con aquello de «menos es más»: menos tamaño significa más posibilidad de disfrutarla (sin causar alarma social, aunque recordad que debe primar el sentido común), más versatilidad para pequeños trabajos y más portabilidad.

Hay que tener en cuenta también que no está pensada para tareas duras, para eso existen otro tipo de multiherramientas, pero que cumple sobradamente con aquello para lo que sí está preparada: abrir un paquete, cambiar la pila de un mando, firmar un albarán…

Hace prácticamente un año que esta chiquitina me acompaña a casi todas partes. He usado todas sus herramientas y se ha convertido en una compañera imprescindible. La porto en mi llavero EDC, dentro de una funda de cuero que me permite usar su led sin sacar la navaja. Si necesito usarla puedo acceder a ella fácilmente tirando de la rabiza que le puse. 

Vamos a ver sus herramientas:

Hoja de corte. Mide 3,6 cm y es muy delgada, pero está afilada como un bisturí. Hay quien dice que no sirve para hacerse un bocadillo: lo desmiento aquí y ahora. Además de para abrir paquetes, otro uso que le doy es el de pinchar el plástico de los platos precocinados para microondas cuando como en la oficina.

Lima de uñas, excelente para eso: limar una uña rota. También me ha servido para quitar el excedente de pegamento seco en unas piezas pequeñas de plástico del coche que tuve que reparar con lo que tenía a mano (para eso es precisamente un EDC).

Destornillador plano. Situado en el extremo de la lima. Además del uso para el que está pensado, sirve también para hacer palanca en pestañas de desmontaje (como las de un portátil), para quitar la tapa del compartimento de pilas de algunos aparatos electrónicos, para abrir grapas… Puedes usarlo también para la limpieza de las uñas, de hecho, en otros modelos la lima acaba en punta por eso mismo.

Destornillador Philips. Está pensado para tornillos del número 0 y del 1 y tiene la punta imantada. Con él he desmontado ordenadores. La cabeza está muy bien mecanizada y resiste bien el uso si se lo trata adecuadamente. 

El abrebotellas y el pelacables solo los he probado y puedo decir que funcionan bien, pero no los he vuelto a usar porque en mi día a día no los necesito.

Tijeras. Una herramienta útil donde las haya y de una factura excelente, están afiladísimas y permiten cortar tanto por fricción como por arrastre. Son pequeñas, pero fuertes. Con ellas no solo he cortado papel o cinta adhesiva, que suele ser lo habitual, sino también cosas más duras como las bridas que sujetan el cableado de un ordenador o una uña rota.

Bolígrafo. Sus detractores dicen que es incómodo. Entiendo que no vas a ponerte a escribir la novela del siglo con él, pero firmar un albarán o anotar un número lo hace perfectamente. Está presurizado, por lo que va a escribir en cualquier situación y desde cualquier posición. Sí, existen recambios.

Linterna. También tiene sus haters, cómo no. Argumentan que la luz que proporciona es insuficiente. Lo es si pretendes explorar una cueva; para alumbrar la cerradura del portal, buscar algo que se te ha caído en el coche o mirar dentro de la caja de un ordenador cumple de sobras. La uso también para ir al baño sin molestar a quienes duermen porque no deslumbra, pero te permite ver por dónde pisas, lo cual va de fábula si tienes gatos. La pila dura dos años —dice Victorinox— y es reemplazable.

No es precisamente barata, en su día me costó unos 32€ y ahora (enero de 2023) se ha disparado el precio, imagino que por el anuncio de Victorinox de descatalogar la Manager (el modelo sin led). Sea como fuere, no la he vuelto a ver por menos de 40€. 

Si el precio te resulta un inconveniente, la alternativa es el modelo Rambler, idéntico a este, pero sin bolígrafo ni led, sino con el tradicional palillo de dientes y pinza. En este caso, la horquilla se mueve entre los 25 y los 30€. 

Para mí, todas las Victorinox que tengo valen cada euro que he pagado por ellas.

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