Nueve años hace ya que el samarugo nada libre en esta charca. Nueve años,
se dice pronto. Un 5 de mayo de 2015 no se me ocurrió nada mejor que meterme
en este fregao. Pensaba que sería una moda efímera, una de las tantas que
han pasado por delante de mis ojos, pero no, el samarugo vino para quedarse
contra todo pronóstico. Me alegro de que haya sido así, estoy orgulloso de
lo que he volcado en estas páginas, no hay nada en ellas de lo que me pueda
avergonzar. De vez en cuando sé que alguien me lee y se molesta en dejar un
comentario, cosa que agradezco enormemente. Este blog es
solo mi ventana al mundo, a todo aquel que llegue por casualidad a este rincón
extraño y ecléctico. Nueve años dan para mucho. Comenzó siendo un blog
literario y en este momento es todo menos literario, que también. Pero es
que uno tampoco es el mismo que era hace nueve años. La vida ha seguido su
curso, esta charca mía se ha secado y vuelto a llenar, se ha embarrado y la
han pisado cientos de veces… Pero aquí seguimos y eso es lo único que cuenta
ahora.
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